Posted by : Dani López 17 mayo 2009

Siguiendo el repaso de las series que han terminado, tenemos otra nueva y otra procedimental, en este caso de la FOX y, otra vez (casi como en el caso de Castle), con no muchos episodios esta temporada, 13 concretamente. ¿Qué tal ha estado la temporada? Pues bien, no ha estado mal, incluso tiene algunos elementos que la diferencian y que la hacen agradable de ver pero, a la vez, tiene otros elementos que no han encajado tanto. Vamos a verlo brevemente.

Lie to me, a diferencia de otras procedimentales nuevas de esta temporada, es una serie mucho más grave, seria, dramática, alejada del nuevo estilo que se está imponiendo en este tipo de series y que aboga mucho por mezclar las situaciones serias (al fin y al cabo, estamos hablando de series en las que los casos semanales suelen ser asesinatos en muchos casos), lo cual, en muchos tramos, no le ha ayudado porque ha sido ésto, quizás, lo que ha actuado en su contra a la hora de conseguir que sus personajes nos llegaran y se nos acercaran. Siendo justo y obviando el mismo hecho de pertenecer al género al que pertenece, es ésto lo que hace que la serie sea mucho menos entretenida y disfrutable (me disculpo por usar este anglicismo pero me encanta y ya lo habrán notado).

Y es que, la verdad, la serie tiene elementos que la hacen separarse de sus iguales en el buen sentido: en cada capítulo hay uno o dos casos y, casi nunca, se tratan de casos normales de asesinatos y cosas similares, sino que se opta por otro tipo de misterios. Ésto, sin duda, tiene que ver con los protagonistas de la serie, que no son policías ni ninguna división gubernamental, son una empresa privada a la que subcontratan para descubrir si algo es cierto o no, y ellos lo hacen a través del descubrimiento de quién miente y quién no, a través de entrevistas para llegar a la verdad. Así, tanto el tipo de situaciones como el modo de investigar son distintos a lo habitual y es por éso por lo que la serie, a pesar de lo dicho antes, consigue ser un producto que merece la pena ver y en cuyo transcurso se aprende cosillas, la verdad. Además, la serie está basada en un personaje real y sus actividades, por lo que se han acompañado los diferentes gestos y expresiones de los diferentes sospechosos con equivalentes reales, elemento también atractivo.

Como ven, la serie tiene elementos de sobra para merecer la pena pero, es demasiado seria, demasiado negra. Un ejemplo de los temas es el último episodio, en el que se investigan actos de terrorismo talibán en suelo americano, algo que no admite mucho humor, la verdad.
En fin, un protagonista especialito, algunos personajes interesantes, elementos que la distancian del resto de las procedimentales... pero demasiada seriedad que lleva a que el espectador se aleje de los protagonistas y sus conflictos, siempre envueltos en drama, que inundan los capítulos y que no nos hacen empatizar nada con lo que vemos. Aún así, lo dicho, interesante, sin duda, pero menos entretenida que Castle o The Mentalist, a pesar de variar los esquemas habituales.

Un comentario.

  1. satrian says:

    Sobre lo negra que era no me dí cuenta hasta mitad de temporada, porque comenté que se estaba oscureciendo más quizás para captar audiencia, no me vuelve loco pero no me desengancho de ella.

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