Posted by : Dani López 04 julio 2013

Esta semana terminó la primera edición de la versión española del concurso de cocina MasterChef, que después de pasar por más de 30 países, aterrizó por estas tierras con mucho bombo y platillo y, después de un comienzo discreto, terminó cosechando un gran éxito de audiencia y convirtiéndose en todo un acierto para TVE.


No puedo estar más contento por este éxito, porque esto significará, probablemente, una nueva ola de concursos culinarios (formato al que soy muy aficionado porque me encanta la cocina) después de aquella breve "edad de oro" con aquellos programas que se emitieron, hace ya casi 10 años, en cadenas como la recién nacida Cuatro. De hecho, la versión de española de Kitchen Nightmares ya ha sido un gran éxito y, no tardando mucho, podremos ver el nuevo intento de adaptar Top Chef que nos traerá La Sexta. Hace unos años pudimos ver la adaptación de Hell's Kitchen con Sergi Arola que fue un fracaso en todos los sentidos (aunque, lo reconozco, no me gusta ni siquiera el formato original y tiene a Gordon Ramsay que es un depredador televisivo sin parangón), pero desde luego, en un país en el que la cocina siempre ha sido y siempre será tan importante, tendremos programas culinarios, de una clase u otra, siempre en parrilla (espero). ¿Será la hora de que vuelva Todos contra el Chef? Ese programa era una gran idea.

Pero vamos al grano y a lo que dice el título. ¿Por qué creo que MasterChef España ha sido un fracaso? Primero, un par de aclaraciones:

1. Creo que ha sido un fracaso como adaptación del formato y como programa, pero desde luego ha sido un éxito de audiencia y todo un fenómeno del que, como he dicho, me alegro mucho.

2. He sido capaz de soportar 5 ó 6 programas del concurso y casi ninguno entero.

3. Mi opinión nace de la comparaciones, sí. Lo sé, son odiosas, pero he visto las versiones británica (bastante coñazo), australiana, neozelandesa y americana del formato (especialmente me gusta, y mucho, la última) y creo que no porque uno no las conozca o intente juzgar la española por sí misma, tenga que ver un gran resultado, porque yo creo que no lo es: que no conozcas más vinos que el Don Simón no quiere decir que sea bueno, tienes que saber qué es bueno y luego comparar. Sí, en muchas cosas sufre de los mismos problemas que muchos de los programas y series españolas, pero eso sigue sin ser una excusa.

Dicho esto, vamos allá.


1. Realización, montaje, guión y duración.

Desastre absoluto. La duración del programa es un problema muy gordo, porque acaba condicionando el montaje y termina haciendo que los programas estén llenos de paja y momentos aburridísimos. El episodio final, que duró más incluso de lo normal fue un coñazo insufrible. Todas las finales tiene recuerdos de anteriores programas y resumen, pero fue algo exagerado (podían haberse planteado explotar el asunto con algo que hacen mucho en los USA y que no me gusta, que son los programas "Reunion", llenos de flashbacks y conversaciones entre concursantes). Los programas estaban plagados de cosas que no me interesaban lo más mínimo y, os lo aseguro, si hubieran durado la mitad, habría sido un producto mucho mejor.

La realización también ha sido problemática. Mediocre en sus mejores momentos, casi nunca se podía ver bien la cocina o la comida bien, especialmente en las pruebas fuera de plató, donde entre este problema y el anteriormente mencionado, la sensación a la que me enfrentaba era de absoluto tedio.

Hablando de cosas lamentables, el guión parecía escrito por Mojo Jojo, uno de los villanos de las Supernenas, lleno de líneas superfluas, redundancias continuas, frases que remarcaban lo que acabábamos de ver en pantalla o ya sabíamos y palabras tan maravillosas como "aspirantes" y "supermercado" que me pasaban un tenedor por un plato en el cerebro.


2. Los jueces y presentadora

En otras versiones del programa, no hay presentador, sino que los jueces actúan como tales, existiendo, a veces, un narrador para ciertos momentos (por ejemplo, en la versión americana). Conscientes de la absoluta incompetencia de los jueces delante de la cámara, decidieron incorporar a un presentador, presentadora en este caso, que para mí fue de las cosas más superfluas del programa. Sí, en Top Chef hay presentadora, pero que además actúa como juez. En este caso, era como un maniquí con un altavoz.

Y sí, los jueces para mí han sido un fracaso. Muchos han alabado la dinámica entre Jordi y Pepe o alguno de los dos y ciertos concursantes. Por suerte, nadie alaba el trabajo de Samantha, que me ha parecido el horror más absoluto que ha pisado un plató en los últimos años: robótica e inhumana, rígida, claramente leyendo todo lo que tenía que decir y carente de gancho, ha sido una de las cosas más destacadas del programa en el sentido negativo. Es cierto que los otros dos jueces no son tan lamentables, pero personalmente no me han convencido nada. En general, les faltaba dinamismo y, sobre todo, naturalidad. Lo de cómo come Pepe y el asco que da, es un tema más personal. Eso sí, reconozco que según han pasado los episodios han mejorado algo, porque entre el primer y el último programa, hay una clara mejoría, pero están muy lejos de ser figuras televisivas con verdadera fuerza.

Alguno dirá que son cocineros, no presentadores. Correcto y, por ello, digo, que no salgan en la televisión. Te puede gustar más o menos, pero si Karlos Arguiñano lleva tantos años en televisión es porque tiene algo que no se enseña en la escuela de cocina, algo que esta gente no tiene y, especialmente, la versión femenina de Linguo.

Por supuesto, después tenemos el tema del criterio y esa manía de premiar el esfuerzo, la mejora, la actitud y el espíritu, no la buena cocina, pero ahora me meto más en el asunto.


3. Los concursantes

También he leído y escuchado halagos hacia el grupo de concursantes del programa. Bien empecemos por el principio: el proceso de casting fue de lo más sospechoso. Yo lo digo sólo por lo que vi en la propia emisión del programa, pero resulta que ha habido gente que ha comentado ciertas cosas extrañas que no vimos, insinuando que el tema era bastante raro. Pero dejando esto de lado (asumo que todos los programas hacen un poco de esto... pero no se nota), el problema es que desde el inicio me dio la sensación de que no elegían a concursantes para tener gente que cocinara bien. Más de una vez, vi delantales entregados sin probar la comida, lo cual es algo hilarante y algo que después se vio en el concurso.

Y es que durante el mismo, me han demostrado que no cogieron a buenos cocineros y, especialmente al inicio, no hacía más que ver que la mediocridad reinaba en la cocina, con verdaderos inútiles y gente que de cocina, bien poco, pruebas de eliminación en que lo más fácil era elegir al ganador porque sólo había 1 ó 2 platos decentes, etc. El nivel de cocina en el programa ha sido abismal y el programa no se trata de eso. Sí, les dan lecciones, aprenden y mejoran, pero la sensación de que se partió de un nivel a años luz del que parten otras versiones, era absoluto.

No me detengo tanto en la personalidad de los concursantes, que también ha encantado a la gente, porque está claro que yo no consigo encajar con los gustos de la gente que ve la televisión española, pero para mí han sido bastante olvidables o irritantes, especialmente esa mujer que tanto ha gustado y que no hacía otra cosa que quejarse de todo.

Los que van a trabajar en un restaurante durante un año, van a comerse unas hostias estupendas.


4. La comida

Sí, la comida ha sido bastante triste. La última prueba del programa, de hecho, dejó algunas cosas interesantes, tanto que me costaba creer que realmente fueran cosas que habían hecho ellos, pero el resto estuvo, una vez más, siempre rondando la mediocridad, cuando no cayendo en lo malo.

La peor cosa que me puede pasar viendo esta clase de programas es que no me dé hambre ni una sola vez y no tenga esos momentos de "uy, qué curioso, tengo que hacerlo", algo que me pasa mucho más habitualmente en otras versiones del formato.

No sólo la presentación, que no parecía al nivel de un programa en el que se buscan cocineros amateurs de calidad, sino que todo dejaba la sensación no de comida que aspirar a saber a hacer, que inspira, sino comida que cualquiera puede hacer sin haber pasado un "duro" "proceso de selección". Si la idea era hacer un programa para demostrar que cualquiera puede cocinar, se han equivocado de formato. Este formato es para demostrar que mucha gente tiene una gran pasión por la cocina, que hay grandes cocineros aficionados y que se trata de un arte muy duro. Les hubiera recomendado que adaptaran Worst Cooks in America, que seguro que hubiera gustado mucho y demuestra que cualquiera puede llegar a cocinar bien.


5. La estrategia online de TVE

No creo que haga falta hablar mucho del tema, porque con un hecho vale: si enterarte de a quién han expulsado en un programa casi según ha acabado es algo que puedes hacer sin querer, algo va mal. Habrá mucha gente a la que no le importe saberlo con antelación y terminará viendo el programa online de todos modos porque no pudo verlo en directo, pero creo que parte de la gracia es "la intriga" de saber quién se va y, bueno, no se han molestado en absoluto, no han respetado al aficionado del programa atento a las redes sociales, lo contrario de lo a lo que deberían aspirar.

Por supuesto, entrar a ver el programa online y ver directamente a quién han echado, tampoco ayuda, y espero que se piensen mejor este apartado para el año que viene.


¿Qué os ha parecido a vosotros? ¿Os gustó mucho? ¿Estáis un poco en medio? ¿No os interesó? ¿Estáis más de mi lado?

3 Comentarios.

  1. No puedo estar más de acuerdo con absolutamente todo. El programa ha sido un fiasco en cuanto a todos los aspectos, aburrido, sin ritmo ni emoción y así y todo ha conseguido enganchar a la gente. Masterchef no es mi concurso, pero Top Chef si lo es, miedo me da la adaptación...

  2. Álex says:

    Entiendo tus argumentos, en algunos estoy de acuerdo, pero decir que ha sido un fracaso de adaptación me parece un error.

    La sensación que me deja el programa es que los responsables del mismo han realizado unos cambios en el formato siendo muy conscientes de las circunstancias de la parrilla televisiva española y, sobre todo, de las costumbres de consumo del espectador español. ¿Podría el programa durar menos o tener un montaje más espídico como la versión USA? Sí. ¿Hubiera funcionado igual o hubiera sido aceptado de la misma forma por la audiencia? Yo creo que no.

    Así que no, en términos de fracaso o éxito de adaptación lo tengo bien claro. La adaptación de MasterChef España ha sido todo un éxito porque se ha ajustado a unos estándares generales en lo que al consumo televisivo patrio se refiere. Otra pregunta sería si esos estándares nos parecen mediocres por si solos, sin necesidad de comparación alguna. Y la respuesta a esa pregunta sería sí.

    Un abrazo, Dani.

  3. Seriéfilo: Yo creo que en las cadenas privadas tienen más sentido del espectáculo que en TVE, pero habrá que ver, habrá que ver... Lo que tiene pinta es de ser otro éxito.

    Álex: Ay, majo, ahí está el tema, has dado en el clavo. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Claro, una vez que es un éxito para la cadena, es un éxito, eso es así. Lo que me pasa es que soy incapaz de vivir con los estándares de la televisión española. Dejando de lado a los americanos, el nivel de Europa en las producciones televisivas en comparación con este país, está lejos. Ver la programación del UK es para llorar. Y sí, puede que MCh esté perfectamente adaptado a la televisión española, mi problema es que no puedo conformarme con eso, porque quiere decir que no tienen intención de cambiar.
    Un abrazo fuerte.

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