Posted by : Dani López 01 noviembre 2005

Nac siempre ha colaborado en la web con su críticas de música (su estilo siempre me ha encantado y, si unimos a eso, que hasta parece que sabe algo...) y sugerencias. Hoy tenemos tres críticas de discos de estilos muy variados. A por ellas (y... ¡Feliz Halloween!):

LA PULQUERÍA: CORRIDOS DE AMOR - 3/5
Tanto su imagen como su música se empapan del espiritu y el sonido del país azteca, para dar lugar a lo que ellos mismos definen como hard-mariachi. Es una gráfica descripción de la propuesta de los valencianos: un explosivo cóctel de vientos y estribillos rancheros con ritmos vigorosos que van del rock al ska. Se sabe que esta fórmula da buenos resultados, con lo que su originalidad tampoco es superlativa, pero eso no descalifica temas redondos y arrolladores como ‘El día de los muertos’ o ‘Morir de pena’. Otras como ‘Mala cara’ optan por un acercamiento más pop a su particular visión del folklore mexicano.


AMARAL: PÁJAROS EN LA CABEZA - 3’5/5
El relumbrón conseguido gracias a ‘Estrella de Mar’, ha permitido al dúo trabajar con todas las garantías un disco que no tiene porque traicionar sus preceptos marcados anteriormente.‘Pájaros en la Cabeza’ no es muy diferente a su predecesor pero huele a pasta y éxito por los cuatro costados. Las cuerdas de la London Session Orchestra suenan en un buen número de temas y en los que no, hay coros, artistas invitados, sonidos y sonidillos... detalles que denotan tranquilidad y dinero a la hora de grabar el disco.Por lo que se refiere a las composiciones, Amaral no ha perdido el mundo de vista y esto es lo que mejor le sitúa. Todos los temas tienen su estribillo que aunque es fácilmente identificable y tarareable no ralla nunca la ñoñería típica del pop insustancial. Amaral no hacen una música complicada pero tampoco tiran por el camino más facilón. En todo caso, sí queda claro que las letras de Amaral no están entre lo más acertado de la banda, intentan explicar historias cotidianas con la naturalidad intrínseca del mundo pop –aunque veces demasiada-.


THE STROKES: ROOM ON FIRE - 3/5
La particular voz de Casablancas vuelve a aparecer perfectamente arropada por los trallazos guitarreros de sus compañeros. El revival rock ya es una corriente afianzada –son más de tres años en el candelero- y es difícil pillar a los críticos en un traspiés. Por ello, la banda de Nueva York no se andan por las ramas y abordan su propio estilo sin remilgos y con la elegancia del eterno despeinado. Es de agradecer que los Strokes no se hayan tomado un tiempo demasiado largo para publicar este segundo disco. No sería la primera vez que después de un disco tan triunfante como el “Is This It” (BMG-2001) el grupo intentara vivir de las rentas hasta convertir la espera en una duermevela mortal. A pesar de la larga gira en la que se metieron, Strokes encontraron tiempo para trabajar en este “Room on Fire”. La primera idea fue la de contratar a Nigel Goldrich como productor (reputado profesional gracias a su trabajo con Radiohead) pero parece ser que los primeros resultados no convencieron a la banda para nada y decidieron retornar al productor de su opera prima: Gordon Raphael. Con él, los Strokes han conseguido un disco que mantiene consistentes puentes con “Is this it?”. “12:51” es el primer single del disco. Con él, los Strokes parecen buscar la cuadratura del círculo: sin dejar de lado la preponderancia de las guitarras y sin permitir la entrada de unos teclados en su canción más importante del disco, los Strokes han hecho un tema pop tarareable y con palmas y todo. Posiblemente sea la canción más pegajosa de la banda, incluso más que el “Last Nite”. En definitiva, está claro que los Strokes están definiendo un estilo muy propio y que cada vez serán menos las comparaciones que tendrán que soportar, pues de ser “la típica banda revivalera de antaño” pasarán a tener un sonido Stroke que les da muy buenos resultados.

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