Posted by : Dani López 08 abril 2016


One Punch Man (ワンパンマン) podría enmarcarse fácilmente en el género satírico. Yo no protestaría: la obra juega, deconstruye y parodia las convenciones y clichés del shōnen, con múltiples referencias argumentales y gráficas a famosos productos como DragonBall (por poner un ejemplo). Es divertido, gracioso, inteligente y lleno de acción pero para mí parte de su clave está en otro lado: a pesar de momentos y personajes muy cínicos, tiene una visión muy honesta e ideal del concepto del héroe, algo que se está perdiendo en muchos otros lugares.

Nacido como webcomic obra del artista One, después de un tiempo se convirtió en un exitoso manga con dibujo (muy) mejorado de Yusuke Murata. El éxito del manga lo llevó, como tantas veces pasa, a las pantallas, en un anime de, por ahora, 12 episodios realizado por Madhouse (con varios especiales y OVAs), que es el producto del que yo he disfrutado y que, antes de entrar en "profundidades", recomiendo encarecidamente.


El protagonista de One Punch Man, y quien le da el título a la obra, es Saitama, un héroe exageradamente poderoso que puede terminar cualquier pelea con un solo puñetazo y, básicamente, es invencible. ¿El origen de su poder? Hace tres años, cuando solo era un joven parado que volvía a casa pensando qué hacer con su vida, salva a un niño de las garras de un crustáceo antropomórfico (hecho que, sutilmente, pone en marcha uno de los elementos fundamentales de la historia, la "Hero Association"). En ese momento, decide que se va a convertir en un héroe. Su sueño de niño era ser el héroe más poderoso del mundo, alguien que destruía a sus enemigos de un solo golpe y... entrenando tan duramente (aunque más tarde descubrimos que dicho entrenamiento no era tan duro) que se queda calvo y consigue sus poderes. Desde el comienzo, la historia juega con los tropos del género superheroico, con una historia de origen carente de tragedia o elementos externos, algo que me parece interesante: Saitama se convierte en el héroe que siempre quiso ser por pura fuerza de voluntad, despertando algo que está dentro de él, y si me pongo un poco pretencioso, algo que está dentro de todos, la capacidad de ser un héroe.


Sin dejar a Saitama, y antes de entrar en otros de los personajes de la historia, otro punto fundamental al comienzo es que el protagonista se autoproclama héroe por diversión, por afición, algo que hacer con su tiempo libre. Aunque más adelante entra en la "Hero Association", profesionalizando sus hazañas, su actitud permanece más o menos la misma que al comienzo: esto es algo que hace porque quiere, no por una deuda, una tragedia, un sentido del deber o nada similar, sino porque le gusta y porque era su sueño. Este tipo de actitud está bastante ausente de este tipo de historias y, la verdad, es refrescante, porque significa que cada vez que sigue poniéndose su traje, lo hace única y exclusivamente porque quiere.

Otro elemento que me pareció interesante en la historia es el hecho de que su protagonista es invencible: nunca tememos por su seguridad, nunca tiene que superar a ningún enemigo, no tiene que mejorar porque no puede ser más poderoso. Entonces, ¿cómo se sostiene una historia en este género si el espectador tiene serios problemas para animar al héroe? Inteligentemente, One Punch Man recurre a varios elementos para mantenernos enganchados durante la historia y los combates de su protagonista:


1- La espectacularidad de la batallas, la creatividad (o, en muchos casos, clara referencia a algo existente pero con un giro) y el humor, que muchas veces emana de la incredulidad de los villanos ante el poderío de su rival, nos mantienen siempre entretenidos.

2- La historia presenta una serie de desafíos para Saitama basados en elementos externos al combate, ya sea dentro de lo absolutamente cotidiano o lo "administrativo" de la "Hero Association", pasando por el hecho de que la mayoría de la gente que salva de las diferentes y desproporcionadas amenazas, cree que es un fraude, alguien que llega al final de la batalla para quedarse con la gloria después de que el resto de héroes ha hecho su trabajo. Esto último es quizás lo más interesante, porque crea una sensación de injusticia en el espectador que nos acerca mucho a Saitama. Lo mejor de todo, y eso es lo que le hace un Héroe, es sus momentos de cara al público en los que es capaz de elevarse por encima de la humanidad (a la que cede en muchas ocasiones, lo que hace al personaje más fácil de reconocer), mejor ejemplificados al final del episodio 9 (不屈の正義/Fukutsu no Seigi/Unyielding Justice), cuando acepta por completo ser el blanco de las iras del público para permitir mantener la gloria y espíritu del resto de los héroes intacta.


3- Por último, aunque definitivamente no menos importante, a lo largo del desarrollo de One Punch Man, vamos conociendo a más personajes que nos dan algo más a lo que agarrarnos. Dentro del tema heroico que nos ocupa hoy, me gustaría destacar dos de ellos (aunque "héroes" como tales tenemos de todos los tipos, formas, morales y actitudes). El primero es Jenosu (Genos), el personaje más importante de la serie junto a Saitama (alguno diría que el más importante y punto). Genos es un cíborg al que vemos en el papel de pupilo del protagonista y la personificación del protagonista de un shōnen: historia de origen trágica, afán de superación, superpoderoso, con la posibilidad de lanzar rayos energéticos, constantemente mejorando sus habilidades y equipación, intenso, alguien que se toma (demasiado) en serio absolutamente todo, con tendencia a largos discursos, buscando a alguien de su pasado (y su némesis, además)... Pero también es heroico en el sentido más clásico de la palabra y su viaje del héroe es parte de lo que nos mantiene interesados en la historia. Al fin y al cabo, si solo estuviéramos con Saitama, nada de lo que ocurriera tendría mucha importancia ya que no supone algo importante para él (a no ser que sea perderse unas rebajas en el supermercado).
El otro personaje que no puedo dejar de mencionar cuando hablamos de héroes, es Mumen Raidā (License-less Rider), un hombre sin poderes y una bicicleta llamada justicia... Un héroe, efectivamente ridículo pero, al final, un héroe del pueblo y, no solo eso, quizá el personaje que más puramente representa el heroísmo: siempre lucha por la justicia y ayuda, donde puede, aunque las amenazas le queden grandes, aunque se vea absolutamente superado y nunca, nunca, se rinde. En su primera aparición parece poco más que un chiste, y lo es, cierto, pero con el paso del tiempo vemos en él algo a lo que aspirar, alguien a quien admirar y sus interacciones con Saitama los engrandecen a ambos.


Hay muchas cosas más que comentar de esta corta serie de solo 12 episodios (y 10 tomos de manga), mucho. Muchos personajes especialmente que podrían dar lugar a más análisis, como Onsoku no Sonikku (Speed-o'-Sound Sonic), Handsomely Masked Sweet Mask (Ikemen Kamen Amai Masuku) o Shirubā Fangu (Silver Fang)... pero hoy quería hablar un poco de un tema que me llamó la atención viendo este anime, un elemento que me pareció muy interesante encontrar en una historia tan cómica y que la hace brillar por encima del puro entretenimiento, mucho más en una era en la que el héroe oscuro y moralmente reprochable está tan de moda. No os lo perdáis.

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