Community me demostró una semana más que es la comedia del año. No es que The Office e It's always sunny in Philadelphia no hayan/estén siendo buenas, es que me parece que la serie ha conseguido llegar y besar el santo (alguno hablará de Bored to death, que no considero una comedia sino una maravilla no encasillable, o de Modern Family, que no está mal y tiene buenos momentos, pero no es tan original).
En los EE.UU. creo que no la disfrutan de manera masiva y he llegado a leer que ya llegó el punto de inflexión (jumping the shark) que señala el declive de la serie con la emisión del último episodio. No puede estar más en desacuerdo.

Ya hablé hace tiempo de la serie y sus rasgos definitorios, y creo que después de diecisiete episodios se ve claramente cuáles son las claves que hacen de la serie una comedia ejemplar:


1.- Todos los protagonistas y secundarios (hasta los cameos), son graciosos o aportan su granito de arena a la hora de configurar la escena para un gag o dicen lo que tienen que decir en el momento justo pero no por ello esperado. Jeff me parece fundamental pero en un 80% gracias a que Joel McHale devora a su personaje y se convierte en él. Es quizás gracias a los pequeños personajes y a que todos aportan lo suyo que la serie es tan tremenda. Un texto a parte merecerían los finales de Abed [Danny Pudi] y Troy [Donald Glover], por supuesto, pero también Ken Jeong como Señor Chang y hasta el homosexual "encubierto" que interpreta Jim Rash.

2.- La serie alterna bastante bien los focos de atención entre episodios y dentro de los propios episodios consiguiendo, creo, que no nos cansemos de los personajes. En parte, tiene ventaja sobre otras series con su amplia plantilla de coprotagonistas.

3.- Su humor me parece una mezcla muy calculada entre la vergüenza ajena, el surrealismo, diálogo, peculiaridades de los personajes y el entorno, mitología propia y compañerismo que funciona de manera genial.

4.- No aspira a tener un hilo principal que cobre tanta importancia que deje a lo demás en un segundo plano, pero lo tiene, de manera sutil destacada casi sólo por la autorreferencia.

5.- Es divertida, hace gracia, no se corta con nada (religión, sexo, raza...) y hace de la ausencia de risas enlatadas una virtud que resplandece: es buena porque no te hace reír marcándote el lugar en el que hay que reírse, sino estando inspirada durante largos tramos y apelando a que tú decidas dónde y cuánto has de reír.

6.- Las referencias pop y metareferencias de Abed le dan a la serie una dimensión más de una forma tan consciente y sarcástica (y, en muchas ocasiones, buceando en la autoparodia), que todo ello se convierte en una de las señas de identidad más de la serie.

7.- No se toma en serio a sí misma, pero sí se toma en serio el hacer bien comedia.


Dicho todo ésto, puedo entender algunas de las críticas con respecto al último episodio, pero yo me he reído mucho: con la historia de Abed (sí, es un dios), la de Jeff, que termina elevando el ridículo al paroxismo y chocando frontalmente con la de Abed magistralmente, y con la minihistoria de Rita, que sirve para que las palabras de Abed al final de su argumento no sean moralizadoras, sino una parte más de la serie. Magnificent son of a bitch!

Ls serie ya tiene renovación para la segunda temporada y unos webisodes, por cierto. No se la pierdan.