Creo que nos estamos acostumbrando mucho esta temporada a conformarnos con episodios que "no ha sido una obra maestra, pero ha estado bien, ha sido correcto". El episodio ha sido otro de ellos pero con el pequeño handicap añadido de que los vídeos que habíamos visto del episodio antes de su emisión, parecían prometer algo mejor. En cierto modo, ha habido un pequeño efecto hype. Pero sí, el episodio ha estado bien, ha sido entretenido, con momentos divertidos y con cierta tensión hasta el final. Aún así, creo que ha sido algo desaprovechado. Lo mejor para mí es el tratamiento psicológico de los personajes, en los que profundizamos algo más y, con el enemigo del episodio, algo más dentro del Doctor, aunque tampoco con nada que no hubiéramos oído antes. La tensión, como digo, ha estado ahí hasta el final, pero no porque no fueran verdaderos peligros, sino porque no han conseguido transmitírnosla del todo con la fuerza necesaria, el episodio no ha terminado de brillar en ese aspecto: ni la tensión en cuanto a la decisión de Amy, ni en cuanto a los peligros de ambas realidades (que, digo, no por no inminentes, sino porque les faltaba algo), han llegado donde tenían que llegar. Pero, como he comentado, el asunto emocional y psicológico ha estado bien tratado, con un final bastante perturbador, intrigante y extraño por un instante, me ha parecido a mí. Además, tampoco ha tenido demasiada (aparente: no se puede uno fiar) conexión con la trama horizontal que está recorriendo al temporada. Y, sin embargo, a pesar de todo ésto, el no ser un episodio convencional, el tener su misterio, sus detalles psicológicos, buenos momentos y diálogos y un paso más en el conocimiento del nuevo Doctor, hacen de éste, un buen episodio: nos quejamos, en el fondo, de vicio, acostumbrados a grandes momentos, se nos olvidan los baches e, incluso, aprovechar logros menos llamativos y espectaculares. En el próximo episodio sigue con Rory acompañando y tiene bastante buena pinta (y tiene dos partes otra vez). Habrá que ver.