Recuerdo que cuando vi la primera temporada de The Office, el resultado me pareció interesante pero para nada imprescindible. Es más, después de ver esos seis episodios que conformaban la primera temporada, dejé la serie por bastante tiempo. Algo así parece estar destinado a ocurrirme con Parks and Recreation, de los mismos creadores. De hecho, y para ser sincero, no tenía pensado ni empezar a ver la serie porque me parecía una simple copia de The Office o, bueno, alargar el mismo punto de partida más de lo que lo podía haber alargado ya aquella serie en sí, después de tantos años: lugar de trabajo que parece que no tiene ningún tipo de interés, falso documental, humor basado en la vergüenza ajena... Así que, ¿qué hago viéndola? Pues escuchar (o leer, vamos), los comentarios de algunas de las personas cuya opinión más valoro en internet, algo que no pocas veces me ha dado agradables resultados. Y, ¿cuál es el resultado? Después de dos episodios, el que me esperaba (y del que me habían advertido, porque me había dejado claro por activa y por pasiva que, incluso, podía pasar directamente a la segunda temporada, pero éso es algo que me da un poco de palo, completista como soy).


Los dos primeros capítulos de Parks and Recreation dejan claro, sin el más mínimo lugar a duda, cuál es la serie de referencia en la que sus creadores han estado años trabajando y, a partir de ahí, agarrándose al talento de humoristas como Amy Poehler, hay pocos momentos salvables, por lo menos por ahora: más o menos te lo ves venir todo y lo que no, no siempre está en el lugar adecuado. Otro punto negativo para el bien de la serie, de una serie cómica, es que se apoye tan fuertemente en seguir un argumento que continúa de un episodio a otro en vez de tratar de buscar un poco más las posibilidades de la serie. Dicho ésto, también tiene su cierto punto positivo o lo tendría si la serie estuviera más inspirada. No todo es malo, claro. Como digo, el reparto tiene muchas posibilidades y hay un par de grandes momentos, pero poco más.

Como decía arriba, se me había advertido de ésto así que, como el que avisa no es traidor, no hay queja. Éso sí, terminaré esta temporada, a la que aún es pronto para enterrar del todo, y seguiré adelante sean cuáles sean mis instintos, porque me fío de que la segunda temporada ofrecerá cosas buenas.