Ya visteis el otro día que éste va a ser uno de los pocos blogs en los que vais a leer una defensa (no a capa y espada y muy consciente de la calidad del producto, pero una defensa al fin y al cabo) de Spartacus: Blood and Sand. Con el paso de los episodios, me reafirmo en todo lo dicho y constato una leve mejora en cuanto al nivel de interés del argumento y de los personajes, que en los últimos episodios ha tenido varios detalles que destacan, si bien destacar en esta serie tampoco es mucho decir.


A parte, quería dejar escrito aquí un breve pensamiento: Spartacus is an asshole. Pero con todas las letras. Es complicado cuantificar lo mal que me cae el tipo. Entiendo que quiere recuperar a su mujer pero se pasa por el forro todo código de honor posible incluso cuando, sorpresivamente, las cosas se ponen a su favor y sus "enemigos" muestran su lado más amable y confiado, cuando se revelan como humanos. No es paciente, no sabe encajar y tiene esa cara/sonrisita/mirada que me da mil patadas (culpa mayormente, de Andy Whitfield). Me caes mu mal, macho. Claro, luego termina el último episodio, y te da más cosa escribir estas líneas... pero las escribes igual.


Afortunadamente, la serie no es sólo de él y ha encontrado personajes con interés sobre los que apoyarnos. Especialmente me está gustando Batiatus [John Hannah], pero también Doctore [Peter Mensah], al que le faltaban unas pinceladas de humanidad y las ha conseguido en los dos últimos episodios.
En definitiva, sigue siendo, probablemente, la serie que no os gustó a muchos, pero los que la disfrutaron están viendo como, en los últimos episodios, parece que puede llegar a construir algo a lo que llamar historia.