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- La Cena, de Els Joglars
Posted by : Dani López
02 julio 2008
Con motivo de las fiestas de Burgos (27/06-06/07) ha venido a la ciudad la nueva obra de Els Joglars, La Cena, obra que les fue encargada por la Expo de Zaragoza (en un gesto que yo creo que es bastante valiente porque no esperarían nada que les dorara la píldora de ellos, supongo) y de cuya dirección, dramaturgia y escenografía se ha encargado Albert Boadella.
Asistí ayer por la tarde-noche con mi novia en el Teatro Principal de Burgos (en un buen sitio, por suerte) y esto es lo que a mí me ha quedado después de reposar la visión de esta poderosa sátira sobre esos movimientos de protección medioambiental tan dirigidos a la apariencia y a parecer modernos, así como al mundo de la nueva cocina y, en menor grado, a la religión.
En casi 2 horas creo que la obra de teatro critica de manera brillante, implícita y explícita muchos comportamientos de la sociedad actual que afectan a su honestidad y la llenan de hipocresía.
Sin duda, el sarcasmo, la ironía y el humor ayudan mucho a meterse en la obra y a ir digiriendo y asimilando lo que es una realidad bastante lamentable. Porque, incluso cuando el argumento va más allá y se convierte en una hipérbole de la realidad (por desgracia, en muchas ocasiones y, aunque duela, no hay tal hipérbole), tiene una fuerza desalentadora que sólo puede impregnar a los peores augurios y vaticinios.
El endiosamiento de ciertas figuras y disciplinas, las modas, el creerse sabio y cultivado sólo por leer los artículos de opinión de El País (ese chiste es enorme), el sectarismo, el cómo los pelotas no son capaces de decirle a nadie que se equivoca, la falsedad, el aparentar y el no hacer cosas por cambiar las realidades, sólo por hacer que se cambian, son algunos de los temas que impregnan la obra y, a decir verdad, fluyen de forma tan natural del ecologismo (o, más bien, ese neobioecomovimiento de gente que no sabe de qué habla o los gobiernos) a la cocina y fluyen de manera tan natural por la obra que uno no siente que las críticas se están metiendo en la historia, sino que la historia se topa con ellas según se desarrolla.
En fin, por si no ha quedado claro: no es perfecta, pero es una obra entretenida, hilarante a veces, y con mucho más cuerpo de lo que parece bajo algunas de sus excentricidades que no pueden dejar de ir a ver si tienen ocasión.+
No gustará a todos (como pude ver en el teatro) pero, si no les gusta, pregúntense porqué (como hacemos siempre al salir de una película, que hay gente, y lo oigo mucho, que tiene algo en contra del teatro, un nosequé) o, por lo menos, ya que eso no se lo quita nadie, ni al espectador ni a la obra, quédense con sus enseñanzas y sean algo mejores o aprecien, sin dudarlo ni un momento, ciertas realidades que nos rodean.
Vayan a verla si pueden, sin prejuicios y disfruten, o inténtenlo, según el caso.
Más (cuidado: la entrevista revela más de lo que debería):
Asistí ayer por la tarde-noche con mi novia en el Teatro Principal de Burgos (en un buen sitio, por suerte) y esto es lo que a mí me ha quedado después de reposar la visión de esta poderosa sátira sobre esos movimientos de protección medioambiental tan dirigidos a la apariencia y a parecer modernos, así como al mundo de la nueva cocina y, en menor grado, a la religión.
En casi 2 horas creo que la obra de teatro critica de manera brillante, implícita y explícita muchos comportamientos de la sociedad actual que afectan a su honestidad y la llenan de hipocresía.
Sin duda, el sarcasmo, la ironía y el humor ayudan mucho a meterse en la obra y a ir digiriendo y asimilando lo que es una realidad bastante lamentable. Porque, incluso cuando el argumento va más allá y se convierte en una hipérbole de la realidad (por desgracia, en muchas ocasiones y, aunque duela, no hay tal hipérbole), tiene una fuerza desalentadora que sólo puede impregnar a los peores augurios y vaticinios.
El endiosamiento de ciertas figuras y disciplinas, las modas, el creerse sabio y cultivado sólo por leer los artículos de opinión de El País (ese chiste es enorme), el sectarismo, el cómo los pelotas no son capaces de decirle a nadie que se equivoca, la falsedad, el aparentar y el no hacer cosas por cambiar las realidades, sólo por hacer que se cambian, son algunos de los temas que impregnan la obra y, a decir verdad, fluyen de forma tan natural del ecologismo (o, más bien, ese neobioecomovimiento de gente que no sabe de qué habla o los gobiernos) a la cocina y fluyen de manera tan natural por la obra que uno no siente que las críticas se están metiendo en la historia, sino que la historia se topa con ellas según se desarrolla.
En fin, por si no ha quedado claro: no es perfecta, pero es una obra entretenida, hilarante a veces, y con mucho más cuerpo de lo que parece bajo algunas de sus excentricidades que no pueden dejar de ir a ver si tienen ocasión.+
No gustará a todos (como pude ver en el teatro) pero, si no les gusta, pregúntense porqué (como hacemos siempre al salir de una película, que hay gente, y lo oigo mucho, que tiene algo en contra del teatro, un nosequé) o, por lo menos, ya que eso no se lo quita nadie, ni al espectador ni a la obra, quédense con sus enseñanzas y sean algo mejores o aprecien, sin dudarlo ni un momento, ciertas realidades que nos rodean.
Vayan a verla si pueden, sin prejuicios y disfruten, o inténtenlo, según el caso.
Más (cuidado: la entrevista revela más de lo que debería):
Yo tb la ví y me parece que aunque tiene ciertos toques bastantes buenos, sobre todo todo lo que tiene que ver con las transiciones espacio-tiempo (aunque alguna no lo sea), se me hizo un poco larga , seguramente debido a que estaba cansado. Quizás me defraudó un poco.
Te pongo esto para que haya una crítica distinta. Sigue así eres un crack!!