Capítulo II: Videoconsolas

Después del anterior post (y teniendo en mente que faltan de nombrar los juegos de ordenador correspondientes a épocas más cercanas) toca quedarse con los juegos que han pasado por las videoconsolas más impactantes de mi vida, la NES y la PlayStation (ha habido más, la GameBoy, la NeoGeo Pocket Color, la PlayStation 2 y la PSP, pero esas son las que marcaron mi vida más fuertemente... por cierto: sí, hay un vacío en la época de las 16 bits).

Nitendo World Cup: Es un juego mítico. Venía en un cartucho que "regalaban" con la consola y que tenía tres juegos (a parte de éste, venían el Super Mario Bros* y el Tetris) y era el mejor de los tres sin duda. Sus jugadores, los tiros especiales, diferentes campos, poder llegar a "matar" a los contrarios a faltas... Un juegazo que muchos no aprecian como lo que es, una máquina de entretenimiento genial.
*Este juego es el juego más vendido de la historia, o eso dicen. El siguiente que se le acerca es la suma de el Pokémon Rojo y Azul sumados, el Tetris de GameBoy y el Duck Hunt de NES... ¡¡vaya juegazo éste último!!.

Super Mario Bros. 3: Algunos lo han coronado como el mejor juego de la historia. Yo no llego a tanto pero sin duda es un juego enorme y el mejor juego de la NES, con diferencia, y uno de los más vendidos de la historia, con 18 millones de copias... Un juego con muchos trucos pero muy largo si se juega sin trampas, lleno de detalles, color y entretenimiento. Un clásico entre los clásicos.

Pin Bot: Ninguno de vosotros conocerá este juego, es prácticamente imposible. Es un juego de pinball bastante malo de gráficos, incluso de jugabilidad limitada, pero me atrapó incompresiblemente por su aleatoriedad en cuanto a los eventos que iban surgiendo en la mesa. Muy pocos colores pero mucho vicio.

Los Picapiedra (The Flintstones: The Rescue of Dino & Hoppy): ¡Qué gran juego! Pese a sus defectos (entre ellos su dificultad endemoniada) tenía un encanto especial y, sobre todo, detalles que lo hacían irrepetible, como el hecho de que había que jugar partidos de baloncesto para ganar algunos objetos necesarios para ir avanzando...

- PlayStation: La primea videoconsola de nueva generación que triunfó (olvidemos las demás, incluso la Sega Saturn, a pesar del Panzer Dragon, que me encantaba) y que calló en mis manos algo tarde, pero bueno. Una videoconsola que me dio muchas alegrías hasta que la vendí por su hermana pequeña (que correrá, me temo, la misma suerte). Aún así, nunca he dejado de disfrutar de sus juegos gracias a la retrocompatibilidad.

Final Fantasy VII: Fue mi primer juego de la consola y, probablemente, el juego que me hizo llegar a amar y jugar todos los RPGs que han pasado por mis manos (ya sea en videoconsola o emulador...). Su historia (en algún momento casi llorabas), sus personajes, las batallas, los secretos, el gran mapa, los personajes (sí, otra vez: eran geniales), los minijuegos del Gold Saucer... TODO (vale, menos el moldeado de personajes fuera del campo de batalla... ¡y aún así tenía gracia!) en este juego es genial y sigue siendo mi preferido de la saga por encima de todos los siguientes (lo siento por los muchos que prefieren la octava parte).


Soulblade: Para mí es el juego más dinámico, divertido y grande de lucha en 3D de la consola, y eso es decir mucho (quizás demasiado, me puede el corazón). Armas, armas y más armas, el modo historia, los secretos, los personajes... Siempre lo he preferido a los Tekken y, pese a sus carencias gráficas en la actualidad, sigue siendo superior a sus continuaciones en algunas cosas.

Tomb Raider II: Es el único de la saga que he exprimido a lo bestia. Me encantaba la tontería de la mansión de Lara y todas las fases estaban bien diseñadas y eran variadas (te pateabas medio mundo al más puro estilo Indiana Jones). Probablemente los posteriores sean mejores (casi seguro), pero éste es el mayor salto de uno a otro, después del primero TR, que no me terminó de convencer.


Oddworld: Abe´s Oddysee: Un pedazo de juego que mezclaba de forma sabia y original el Prince of Persia y el Lemmings, todo ello agitado con alienígenas y escenarios extraños que te atrapaban desde el principio gracias a la novedosa mecánica (por lo menos para mí). Pasarse el juego al 100% tenía su ciencia y su recompensa pero requería dedicarle unas cuantas horas.


Metal Gear Solid: Infinitamente mejor que su continuación en cuanto a diversión y jugabilidad para mi gusto (aunque infinitamente peor de gráficos: claro, la continuación es de PS2...), el juego cogía la mecánica de los juegos de MSX y la potenciaba a límites insospechados y nunca vistos. Lo peor del juego siempre estuvo claro: es corto, demasiado corto.... pero es bueno, muy bueno.