La nueva película del argentino Marcelo Piñeyro (de filmografía bastante más que interesante, la verdad) es una adaptación deuna obra de teatro, "El Método Grönholm", de gran éxito en el país. El peligro de la adaptación, desde mi punto de vista, eraque conseguir tres cosas era imprescindible para conseguir que la película fuera buena, no sólo como adapatación, sino como tal.La primera de las metas imprescindibles era conseguir un guión adaptado eficaz y que mantuviera el interés de la trama original y, gracias a la colaboración entre el director y Mateo Gil (colaborador de Amenábar en Tesis, Abre los ojos y Mar Adentro y,por ende, acostumbrado a las sorpresas), se ha conseguido. La segunda cosa era conseguir que la dirección alcanzara el efecto que se consigue con una obra de teatro y teniendo en cuenta que a penas hay un escenario o dos importantes en toda la película y, éstos, son reducidos. Por lo que a mí respecta, conseguido. Por último, lo más difícil, quizás; contratar un elenco de actoresque pudiera sostener la película haciendo a los 8 personajes creíbles, ambiguos, reales e intensos y, a juzgar, no sólo porlos nombres, sino por el resultado, esto está más que conseguido. Los nombres de Eduardo Noriega, Njwa Nimri, Eduard Fernández, Pablo Echarri, Adriana Ozores, Ernesto Alterio, Carmelo Gómez y Natalia Verveke bastan para ilustrar la cantidad de talento contenido que hay entre las paredes del escenario principal de la película. En cuanto al argumento tengo que decir que el nada es lo que parece, la sugerencia, la ambiguedad, los sentimientos contenidos en miradas y los sentimientos desatados se entrelazan con giros inesperados y un final abierto a interpretaciones, de los queme gustan a mí, por lo que no tengo queja ninguna. Visto todo tan bonito, ¿lo malo de la película?. Bueno son detalles que seacumulan pero que no enturbian el resultado en exceso ni tampoco tapan que la película es lo que es: una gran película consus limitaciones. ¿Los detalles?. Varias escenas (a veces casi fotogramas) que sobran para mi gusto, ciertos momentos que parecenun poco, no diría aburridos, pero sí mucho más planos que el resto del metraje... no sé, son más sensaciones que concrecciones, la verdad. Por eso, en cualquier caso, una película recomendable e interesante de la que, qué leches, también estaría bien aprender un poco.