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- Man v Food: un hombre y su amor por la comida
Posted by : Dani López
16 agosto 2010
Nunca he hablado aquí de este programa, pero soy un gran fan de Man v. Food, de Travel Channel. Eso sí, me imagino que todos los que hayan visto alguna vez nuestra sección de comida o de hamburgues, se habrán dado cuenta de que éste podía ser un programa que interesara.
Básicamente, lo que diferencia a este programa del resto de programas de cocina y viajes es que viene motivado por diferentes razones: Adam viaja por todo el país visitando ciudades y sus restaurantes famosos por tener comida de grandes dimensiones o que son complicados de comer (ejemplo de lo último, su desafío contra una hamburguesa con cuatro tipos de picantes distintos, incluido el más picante del mundo). En cada episodio, visita una ciudad y, dentro de ellas sobre tres locales en los que se adentra en las cocinas y la preparación de sus platos especiales. En la última de las visitas, intenta él mismo batir a complicadas bestias pardas que, no sólo están fuera de cualquier dieta, sino que deberían estarlo de cualquier vida sana. Ahí tenemos gran parte del espectáculo del programa, en el sentido más literal de la palabra y siempre muy buen humor.
Pero, sobre todo, como en todos los programas de este tipo que tienen a la comida como protagonista, estamos ante un programa en el que se celebra la comida como un espectáculo visual y de sabores, no sólo como algo a batir, sino como algo a disfrutar. Además, claro, tenemos la preparación de los bocadillos, perritos, hamburguesas, filetes y demás, algo que a los que nos gusta la comida y cocinarla, siempre nos encanta ver. Incluso aunque nos dé un hambre terrible.
En el último episodio que he visto, el 3x01 (pero ya va por la mitad de la temporada: no hay tiempo), tenemos une especial de 40 minutos (los normales son de 20) en el que viaja a Miami y prueba un bocadillo cubano (modificado por italianos), un perrito colombiano que tiene una pinta maravillosa, unas famosas pinzas de cangrejo y se enfrenta al reto final en directo (y retransmitido) de comerse una pieza de carne de 48 onzas (que es algo así como 1 kilo y 300 gramos) en 20 minutos. Cualquiera que sea como yo, cree que puede conseguirlo (y yo alguna vez me he comido sobre 1 kilogramo, además de los entrantes, y no estaba lleno), pero sobre todo siente que está viendo, a pesar del reto, a un hombre disfrutar de la comida. No vivir para comer, ni comer para vivir: disfrutar comiendo siempre que se pueda.
Básicamente, lo que diferencia a este programa del resto de programas de cocina y viajes es que viene motivado por diferentes razones: Adam viaja por todo el país visitando ciudades y sus restaurantes famosos por tener comida de grandes dimensiones o que son complicados de comer (ejemplo de lo último, su desafío contra una hamburguesa con cuatro tipos de picantes distintos, incluido el más picante del mundo). En cada episodio, visita una ciudad y, dentro de ellas sobre tres locales en los que se adentra en las cocinas y la preparación de sus platos especiales. En la última de las visitas, intenta él mismo batir a complicadas bestias pardas que, no sólo están fuera de cualquier dieta, sino que deberían estarlo de cualquier vida sana. Ahí tenemos gran parte del espectáculo del programa, en el sentido más literal de la palabra y siempre muy buen humor.
Pero, sobre todo, como en todos los programas de este tipo que tienen a la comida como protagonista, estamos ante un programa en el que se celebra la comida como un espectáculo visual y de sabores, no sólo como algo a batir, sino como algo a disfrutar. Además, claro, tenemos la preparación de los bocadillos, perritos, hamburguesas, filetes y demás, algo que a los que nos gusta la comida y cocinarla, siempre nos encanta ver. Incluso aunque nos dé un hambre terrible.
En el último episodio que he visto, el 3x01 (pero ya va por la mitad de la temporada: no hay tiempo), tenemos une especial de 40 minutos (los normales son de 20) en el que viaja a Miami y prueba un bocadillo cubano (modificado por italianos), un perrito colombiano que tiene una pinta maravillosa, unas famosas pinzas de cangrejo y se enfrenta al reto final en directo (y retransmitido) de comerse una pieza de carne de 48 onzas (que es algo así como 1 kilo y 300 gramos) en 20 minutos. Cualquiera que sea como yo, cree que puede conseguirlo (y yo alguna vez me he comido sobre 1 kilogramo, además de los entrantes, y no estaba lleno), pero sobre todo siente que está viendo, a pesar del reto, a un hombre disfrutar de la comida. No vivir para comer, ni comer para vivir: disfrutar comiendo siempre que se pueda.
Me encantan todos los programas (o al menos los que he visto) de cocina. Asi que tengo que echarle un vistazo a este, cuando acabe las temproadas que estoy viendo de Top Chef.
Yo lo veo desde la temp.2 y es acojonante, hasta lo he puesto en proyector para verlo a tamaño XXL
http://www.youtube.com/watch?v=PXpWRROWqE0
Yo también me creo capaz de comer esas inmensas raciones pero a la vez, me agota y consigue afianzar mi creencia de lo asquerosa que puede ser la comida en EEUU y lo bien que hago en no pisar un McD's o parecido desde hace años!
Pieman815: es un programa que viene bien para ver y desconectar de otras series (a parte de para que te entre hambre y reírte un rato), porque no "continúa" ni nada. Yo lo paso bien viéndola y sufro al mismo tiempo.
Anónimo: Sí, hay ciertas cosas que sirven allí que dan directamente asco de lo grasientas que son. Otras dan hambre. Y sí, algunas cosas pienso que me las podría comer, pero hay otras que ni de coña, especialmente las de los picantes.