1. El episodio no estuvo mal. Por un lado, le faltaba algo de la magia y el misterio del anterior pero, por otro, era un episodio de los Dalek y de éso suele haber menos. Así, siendo un episodio de ellos y volviendo a la Segunda Guerra Mundial, ha habido más de un buen momento pero todo ha sido demasiado estándar. Los detalles que construirán la amenaza final siguen apareciendo y me encanta que lo hagan. Aunque la historia y sus elementos están mejor aprovechados y construidos, el episodio anterior me gustó más.


2. El nuevo Doctor Who que se han sacado de la manga y que Matt Smith interpreta muy bien nos da muestras episodio a episodio de no parecerse mucho al anterior en muchas cosas, pero no es cosas triviales, sino en cosas importantes, en cosas que definen al personaje. Sigue teniendo lo de siempre, pero esta vez viene acompañado de cosas que todos los seguidores de la serie vemos claramente. Éso, a la vez, da lugar a que pueda llegar un momento, una decisión, en la que el Doctor haga algo que no hubiera hecho el anterior y puede que algo que no nos guste.


3. No lo dije en los episodios anteriores porque se me olvidó: la nueva intro no me gusta. Supongo que es cuestión de acostumbrarse, como todo, y que, en el fondo, la melodía está ahí, pero su modernización ha conllevado el quitarle ese carácter arquetípico que poseía, su facilidad de reconocimiento. Tampoco sé si me convence el nuevo logo pero cuando llegó el nuevo showrunner debió de pensar que, ya que estamos...