Piratas del Caribe, En el fin del mundo - 3/5 (casi 2,5...)

Y así termina la trilogía sobre piratería realizada por la Disney y que está basada en una de las atracciones de sus parques. Todo hay que decirlo, la cosa comenzó de manera muy prometedora, con La maldición de la Perla Negra, que sin mucho ruido se hizo un hueco entre los espectadores y les conquistó con su sabor a aventura clásica y humor. La película terminaba de forma que no era necesario continuar con la historia, no nos engañemos, pero hoy en día, en Hollywood es complicado dejar las cosas estar, por lo que volvieron al tema con dos películas más grabadas a la vez para abaratar costes. Si bien El cofre del hombre muerto era peor que su predecesora y se diluía un poco con tanto personaje, el colmo de todo ha llegado con En el fin del mundo, donde buenas ideas y una estética atractiva no pueden combatir con el metraje (que, siendo generosos, sobrepasa lo justo en unos 30 minutos y, siendo más radicales, en casi 60), los tópicos giros previsibles y con algunos personajes/actores.

Orlando Bloom y Keira Knightley se muestran tan autoconscientes de sí mismos y de su "guapismo" que se olvidan de que son actores y de que tienen que hacer que nos creamos unos personajes.

Y es que, como bien digo, la película no es que sea mala, es que está mal presentada: no tiene una mala dirección y, la mayoría de actuaciones son eficaces. En este sentido, destaca, como en todas las anteriores, Johnny Deep (que tiene la suerte de tener un personaje genial en todos los sentidos y el talento de hacerlo más genial aún: de hecho la mayoría del personaje es cosa suya, al margen de los ejecutivos de la productora) quien es el verdadero protagonista de la trilogía, aunque Geoffrey Rush, el irreconocible Bill Nighy y los secundarios, contribuyen a que la película tenga un reparto bien formado. En la otra cara de la moneda están Orlando Bloom y Keira Knightley, quienes se muestran tan autoconscientes de sí mismos y de su guapismo que se olvidan de que son actores y de que tienen que hacer que nos creamos unos personajes, no posar y, de vez en cuando, hacer danza con espada.

Así pues, podríamos decir que el problema principal de la película es el guión, porque aunque es mejor en esencia que el de la anterior película, se muestra como ineficaz para llevar el ritmo y para comprimir una historia en un tiempo humanamente aguantable, no en casi 3 horas de película que tienen relleno por todos los lados.

De todos modos, y aunque hay que decir que la trilogía hubiera sido mejor siendo una sola película (la primera), hay que reconocer que el aroma de la aventura clásica y de acción impregnada de humor que impregnan las tres películas ha vuelto a la palestra gracias a su efectiva estética pirata y la creación de un personaje para la historia: Jack Sparrow.