Siempre recuerdo con cariño aquellas secciones de Compro, cambio y vendo que los cómics publicado aquí tenían (una página dedicada enteramente a ello: ¿cómo hemos acabado así?), además de esas tiendas de videojuegos como el CentroMail que me permitieron cometer grandes errores y jugar a juegos malísimos, cambiándolos por otros que tenía.

El caso es que hoy nos llega un e-mail de Elena Martín, con toda la información de cambia.es (su blog), un portal gratuito que hoy amplía sus comunidades de cambio al mundillo del videojuego (a ver cuándo el del cómic), por el cual nos han enviado el mail (parece que es lo único que nos interesa pero que sepáis que también hay secciones de cambio de móviles, libros, cds, dvds, etc... en total 17 categorías). Primero hay que darse de alta y dar de alta igualmente nuestros productos para cambiar, para después buscar alguien con algo que queramos, lo cual seguro que no es siempre fácil.

Concretamente, la comunidad se articula en cuatro grupos diferentes de cambio: PlayStation, Xbox, Nintendo y Juegos de PC. Me pregunto cómo han podido dejar tantas cosas fuera a priori (me imagino que la gente acabará metiendo lo que quiera, aunque sea más difícil de encontrar) como las cosas de Sega, Mac y otras más raras como SNK, Atari, Commodore, Spectrum... De todos modos, y ya que nace hoy, al parecer, no podemos sino darles el beneficio de la duda en este aspecto, aplaudir la iniciativa y hacerles la observación de que traten de no ceñirse al mundillo de los videojuegos actual, que el asunto retro vende mucho (ya que si vemos las categorías, a eso parece orientado, al presente). De todos modos, estas cosas las determinan los usuarios más que otra cosa así que, sólo hay que esperar y confiar en ellos, que para eso han sido elegidos y premiados por el Exmo. Ayuntamiento de Madrid, con la cesión de oficinas en uno de sus centros de desarrollo empresarial por su aportación social y empresarial.

Nada más, si alguien lo prueba y quiere contar cómo va, que lo haga en los comentarios, os lo agradeceremos mucho (porque nunca se sabe si nosotros lo usaremos algún día).