Así de simple. Me río mucho con esta serie. Momentos surrealistas mezclados con momentos cotidianos, con gente extraña, con la gente más normal del mundo, con las verdades de la vida, con monólogos sobre sexo y la vida a los 40... Los guiones de los episodios, desde mi punto de vista, están muy bien hechos, muy bien. Bien es cierto que lo que es el argumento en sí nunca dura mucho entre monólogos y tal, pero siempre están bien construidos y van pasando por diferentes picos y giros que quedan perfectos precisamente por su naturalidad. Es un poco, y no hablo sólo de los monólogos, como "El club de la comedia" en serie: la vida es que es así y es graciosa, incómoda, injusta y estúpida. Por supuesto, los elementos anormales y extravagantes que aparecen de vez en cuando siempre son ese punto de más que permite la ficción, pero por ejemplo el último episodio (1x09, Bully) me ha encantado por su descorazonador y esperanzador mensaje y su aplastante olor a verdad. Si hay cosas que te esperas que vayan por un sitio, es que es por donde tienen que ir y el final es el mejor canto al optimismo, a que la gente puede entenderse hablando siempre (seguro que a algunos les parece irreal, pero yo quiero pensar que no). Y si hay algo que me gusta de las series es que te arranquen no sólo risas, sino también sonrisas cómplices porque te das cuenta de que estás viendo a un tipo normal intentar llevar su vida por buen camino, con errores e imperfecciones, como todos, pero una vida normal. O todo lo normal que es la vida de un divorciado con dos hijas que intenta volver a todo el asunto de las citas. Personalmente, me parece algo aterrador porque ya he perdido la práctica. Por lo menos no tengo razones para pensar que tendré que desempolvar esas habilidades, que no sé si alguna vez tuve, de un tiempo a esta parte.
En fin, éso, una comedia que tiene un poco de todo y que siempre se mantiene fiel a sí misma que os recomiendo ver.